viernes, abril 01, 2011

Vida de miserables- parte 1

Habían sombras que permutaban entre la oscuridad y el silencio, las podía oír moverse de un lado a otro entre la nieve que solo caia en su lento y hermoso vals con el aire, para luego solo depositarse en el suelo y ser pisadas por el raudo andar de mis pies  sobre el frio pavimento. El sonido de varios grillos acompañaba mi caminar entre la noche iluminada por aquel astro llamado luna, que había disidido lucirse ella sola en la inmensidad del cielo, como buena ególatra de es, no quiso que hoy perdiera mi tiempo contando las estrellas, ni que distrajera mi cabeza de mis pensamientos  que no eran capaces de ser reprimidos y  me fastidiaban al punto de causarme fuertes puntadas en la cien, o simplemente era el dolor que mi alma expresando su molestar con aquellos acontecimientos que estaban trascurriendo en mi vida; Suspiré y mire hacia una rama en lo alto de un árbol, ahí entre las tinieblas se veían claramente dos ojos pardos que querían confundirse con la oscuridad, pero era imposible que yo no los notará, los conocía hace demasiado y cada momento en que los veía me helaban la sangre, y es que eran los únicos que cabían en aquella fantasía de vida, que me habría logrado crear desde que tenia unos 10 años , cuando conocía una parte del comportamiento de la vida y había colocado mis expectativas en orden, y aunque habían variado con el tiempo en si era lo mismo, una fantasía que tal ves nunca se lograría.

—Sucede algo?—le pregunté en un susurro provocando una ligera impresión en su rostro por unos segundo, y al verla solo lancé una pequeña risa—¿Enserio creías que pasarías desapercibido?—
—Yo.. yo—dijo él entre tartamudeos mientras trataba de afirmarse a la rama aquel roble antiquísimo, pasando una de sus manos  por su frente; metí mis manos en mi abrigo y disfrute de la brisa del viento en mi cabello y luego solo admire sus ojos, danzando entre aquellos cafés que los cubrían, mientras este pensaba en que responder—No sé— dijo finalmente usando su combinación de palabras favoritas, yo solo suspire.
— No sé— dije imitándolo y encogiéndome  de hombros, y me di vuelta para poder acercarme a pequeños pasos  hasta aquel roble, con la  mirada cobijada en el suelo, avance con lentitud y mire hacia arriba para ver como el había desaparecido lentamente. En una primera instancia me confundí y miré de un lado a otro en su búsqueda, y hasta llegue a sentir preocupación nuevamente, abriendo claramente los ojos y tiritando un poco, pero no duro mucho, y comprendí que había sido otra vana ilusión de mi mente, un trastorno y una situacion que habia creado solo con el echo de sentirme bien, lancé un quejido apretado todo mi cuerpo y mire hacia arriba, cerrando los ojos unas cuantas veces.. "las fantasías y sueños son deseos de la mente reprimidos" pensé para mi misma notando que lo único que quería hacer era verlo otra ves, pero eso seria solo matarme a mi misma, tenerlo lejos era la única forma para poder curarme y acostumbrarme a estar sin el. Una ligera lagrima se escapo de mi lagrimal mientras yo seguía con los ojos cerrados, nuevamente me había legado aquel molestar en el cuerpo y una ligera presión en el pecho— me acorde de él— susurre y el viento acompaño mi triste tonada en mi cabeza, revolucionandoce a niveles inesperados, que llegaron hasta a asustarme. Retrocedí un poco y salí corriendo, expulsando nubes blancas en cada exhalación , necesitaba distraerme o moriría por su recuerdo, una luz segadora entro en contacto con mis ojos y me tape la cara, volviendo a lo que de verdad era mi realidad.

— Despierta querida— escuche la voz de Kea entre mi inconsciencia, y de apoco abrí mis ojos incrédula de todo lo que había soñado, mire hacia el despertador descubriendo que eran las 5 am, entonces lanze una mirada de "que rayos" a mi compañera y mejor amiga, quien me observaba con sus grandes ojos verdes desde su cama.
— Kea.. yo te amo pero si me despiertas tan temprano, no sé que pase— dije entre una queja y una broma, esta frunció el ceño y se acomodo en su acolchado asiento.
— Estabas llorando— dijo mirándome con preocupación— llorabas en tú sueño, como siempre—.

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